Ante sus purpúreas fantasías
las sociedades iguales, dos dualidades
ejemplificadas, los latidos irregulares,
cofia de los deportados, a lugares irreconocibles,
con rostros quemados o con viruelas incipientes.
Oh matemático ejemplar, oh subyugada sombra,
donde casualmente, mi escarlatina, sucede el nombre:
mirad sino, cómo el asilo responde sin certidumbres.
Ante el talud responsable, la algarabía juvenil:
señuelos de un portaestandarte igualitario.
Mas me urge comunicar, señales de un régimen
totalitario: esta necedad insolente que me acompaña,
vergel drástico de inoportuna presencia.
También, en sinónimos conjuntos, la preeminencia
contrarrestada; esas igualdades desorientadas, a la profundidad
de un mar expropiado.
07/10/22