Vitorio

Querida mía

Querida mía, toda hermosa

tu figura sobresale entre todas

mi alma canta alabanzas cuando te ve

mis manos destilan lirios y rosas

y mis pies corren para abrir mi puerta

de par en par está mi puerta para ti.

 

Me levanto de mañana a las viñas

madrugo a los zorzales y pidenes

tanteo si ha florecido el guindo

si han brotado los cerezos.

En mi mesa hay toda suerte de dulces frutos

que de mi huerto para ti he cosechado

frescos y secos, con hierba virgen adosados.

 

Deleitosa mía, que hermosos son tus pies

tus manos son el arrullo del bosque

tu pelo, como cortinaje de la gran casona

tu boca, deleite de mis abejas

oteo la cordillera, y veo tus pechos

erguidos y firmes como el arado

que ha abierto surcos en mi frente.

 

El aura de la tarde, la hoja que cae,

el arrollo del bajo

el balido de mis ovejas, toda,

toda esa belleza perece a tu figura.

Mi gozo es el gozo de mil cópulas

panal de miel tu aroma en mi lecho

tu risa, música a mis oídos

tu desnudez, aullido de lobo en la sombra.

 

Heme aquí tesoro mío,

con mis bueyes y mi arado

planto semillas en el cielo

y reto al hades y su echona

para que cuando me encuentre,

halle mi querencia con raíces

más profundas que la tierra.