Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Por eso, con poesía
y con gran melancolía
te confieso en este día:
de mi error estar consciente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Hoy te ofrezco muchas flores
aceptando mis errores
y te pido, no me ignores,
calma ya tu alma doliente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
¿Sabes tú cuánto te extraño?
¡Mucho, mucho, no te engaño!
Y me arrepiento del daño
con mi actitud insolente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Me siento desconsolado
queriendo estar a tu lado
de insomnio estoy desvelado
y de ti, siempre pendiente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
He fallado, no lo niego.
Yo debo sofrenar mi ego;
y disculpa, te lo ruego,
porque mi alma no te miente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Hoy libero el sentimiento
expresando lo que siento
y no quiero más tormento
que me invada y me impaciente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Yo te canto mis canciones
con mis claras intenciones
de pedirte mil perdones
de manera fehaciente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Cuando escuches al Jilguero
con su canto romancero
soy yo quien canta: ¡Te quiero!
con este mi amor latente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Acéptalo con ternura
que en el alma tu dulzura
diáfana es como agua pura
cuando nace de la fuente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
Deja acariciar tu piel
con sabor a rica miel
del jardín donde el clavel
brilla con el sol naciente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.
De tus labios vivo preso
y con ternura, lo expreso,
porque quiero darte un beso,
cuando al fin estés presente.
Cuando el alma se arrepiente,
brota de ella lo que siente.