La bella mujer me invitó a la iglesia.
Ella tomó asiento al lado de mi asiento.
El pastor predicaba.
El pastor dijo a quién... No sé. Pero dijo; Mirar al de tu lado y decirle: Hoy dios te trajo aquí por algo y hoy entrara dios en tu corazón.
Y ella había entrado ya, desde antes de aquel día.
El pastor predicaba.
El pastor decía: porque con dios está la bondad, la fuerza, el amor y lo mejor del mundo. Mirar ahora al de tu lado y decirle, Dios está contigo.
Ella me lo dijo... Y supe yo desde entonces que ya no tengo nada que dios no tenga.
Repose mis ojos en su cara de rosa. Ya sabía yo entonces que ya no tengo nada que dios no tenga.