Se me antoja sacar a lìmite la vida alborotada,
porque la intensidad es còmplice de la felicidad,
y en un segundo un desborde del corazòn te sacude,
el alma tiembla sin aiento y vos sabes cuando,
el amor se te hace trueno y te salpica la lluvia copiosa.
A veces y en el inesperado repiqueteo de una voz,
sos y sos y no te razguña la rutina del acopio de los años.
Se me antoja robarme el sol un domingo y sin pensar
vestirme de azul cielo para que vuelvas a decirme te quiero
sin que lo pregunte, asì para que el discurso no sea sòlo deseo.
Se me antoja que me busques y me regales rosas en la calle,
y te rìas como un loco al abrazarme, si se me antoja,
asì cuando se quiebran las palabras y la mùsica la suple.
Se me antoja que vueles hasta mi y desarmes el dìa a dìa
en un rapto de inconsciencia, gatito del alma.