Antonio Jose Alcada

Domingo de Palma

Es el penúltimo domingo de esta misión de 3 años en África,

donde hice todo lo que estaba a mi alcance

para que estas personas tuvieran agua limpia.
Reflejar el trabajo es duro

porque faltan medios para ayudar a resolver los problemas más rápido,

pero aquí mucha gente cree en Dios,

y mucha gente reza para que la desgracia huya.

Sentí que esta Fe los mueve a luchar por sobrevivir

y sienten los milagros que tantas veces olvidamos los europeos.

El próximo domingo será la Resurrección porque yo soy otro hombre.

Mis conocimientos de poco sirven cuando la voluntad

de conquistar la montaña es fuerte.

El lujo, el auto, la tecnología ya no significaba nada para mí.

¡Solo espero sentir la felicidad como ellos!