La copa servida aún espera como yo la caricia
tus manos ausentes desdibujan las horas del reloj
la pared resguarda en imágenes mi esperanza
una y otra vez el tiempo parece detenerse silencioso
hay un lugar puesto en mi mesa que te aguarda
miro con donaire el tenedor y un vaso transparente
sobre el que mis ojos se pierden varias veces
la comida se enfría, y mi boca degusta un bocado
a la garganta se le atraganta la música de la radio
del rostro caen cuantiosas gotas nimias que hacen
sus charcas y de a poco van enfriando la noche
silenciosa con sus luces que se encienden fuera
mientras hace presa de mí, la penumbra
la enorme casa se alimenta de mi memoria,
mi ánimo mengua dejó pendiente todo y deambulo,
me voy desenchufando de a poquito de la vida,
no hay quien demande mi atención ni mis caricias
el cansancio me recorre, me tiendo sobre un sofá,
sobra cama para otro que está siempre presente,
y me contempla sonriente desde un retrato
ese, que no volveremos a mirar juntos nuevamente …