Elizabeth Maldonado Manzanero

Ausencia

La copa servida aún espera como yo la caricia

tus manos ausentes desdibujan las horas del reloj

la pared resguarda en imágenes mi esperanza

una y otra vez el tiempo parece detenerse silencioso

hay un lugar puesto en mi mesa que te aguarda

miro con donaire el tenedor y un vaso transparente

sobre el que mis ojos se pierden varias veces

la comida se enfría, y mi boca degusta un bocado

a la garganta se le atraganta la música de la radio

del rostro caen cuantiosas gotas nimias que hacen

sus charcas y de a poco van enfriando la noche

silenciosa con sus luces que se encienden fuera

mientras hace presa de mí, la penumbra

la enorme casa se alimenta de mi memoria,

mi ánimo mengua dejó pendiente todo y deambulo,

me voy desenchufando de a poquito de la vida,

no hay quien demande mi atención ni mis caricias

el cansancio me recorre, me tiendo sobre un sofá,

sobra cama para otro que está siempre presente,

y me contempla sonriente desde un retrato

ese, que no volveremos a mirar juntos nuevamente …