No sabría decirle el porqué.
O cuando me detendré.
Solo sé que observo el mundo,
y el mundo dentro de mí.
Y vuelvo a caer.
Mira la riqueza que nos rodea,
se hace polvo en nuestras manos descendiendo como arena.
Y ahí es cuando el tiempo arrasa con nuestros corazones.
Necesito vivir un día a la vez,
porque ya es difícil sentir la vida e ir a su paso.
Quiero, y necesito pararme a oler la flores,
a derramar todo lo que se despliega en mi alma.
No sé decirle lo que en mí mente estalla,
solo le puedo decir que pido un poco de misericordia, misericordia con nuestras mentes.
Aquellas que ya no aguantan.
No me sume peso restregandome
un contrato en la cara.
Detenga el mundo un instante,
para comprobrarme que no colapsa.
Que no caeran escombros en mi cara,
porque ya no me alcanzaran las lagrimas
para limpiar y consolar mi alma.