Dux Den

Ella y la noche

La noche bien marcada de un cielo misterioso,
refleja en sus pupilas luceros encantados,
de muchos que se miran y siguen los costados 
sabiendo que persisten del Todopoderoso.

Los labios de una dama meditan lo gozoso
que bien se lo imagina cualquiera enamorado;
la noche es un motivo que brinda con cuidado 
el sueño de un poeta valiente y amoroso.

La dama con la noche sujeta cada sueño 
corriendo en el espacio la lucha misionera
de la que un joven diga: —¡yo quiero ser tu dueño!

Y a todo lo consciente redime su carrera,
pero sin importarle si es grande o muy pequeño
se pasa meditando toda la noche entera.

                                        Dux Den