Diana Alvarado

UN SUEÑO

Tengo que contarles algo, de carácter urgente; un sueño se desprendió hoy de mi mente, con el respeto que merece la multitud presente, diré todo como sucedió realmente: 

 

《 En un río vi a una divina ninfa de cabellera dorada, de silueta fina y caderas moldeadas, yacía en la orilla, desnuda, con sus mejillas rosadas; al descubrirla así, tuve una corazonada, pues cuenta me di, que; se asoman mil secretos bajo su mirada, atrapados en cuentos de hadas con alas plateadas. Estas ultimas, cantando, unidas; las armoniosas tríadas. 

 

Luego en la corte, como un Aedo en la mañana, comenzó mi jornada. En mi proemio, dije: 《¡qué bella sois, que bella sois, mi dulce niña!, bajo tu dulzura perdí la cordura y el alma mía.》 

 

(Yo solo espero que esta vieja lira haga justicia a mi breve, pero impetuosa historia, donde imagino que esa lindura me suplica ansiosa: \"hágame suya\". Mientras yo, siendo una escoria, la veo con ternura. Sin embargo, aquí no termina esta odisea. Esperemos también, no me falle la memoria) 

 

Y continué: 《 De los banquetes de los dioses, robé la ambrosía, como Tántalo aquel día. Para contentar a la doncella mía, mi hermosa compañía.

Aunque en el tártaro he de pagar mi condena, en mi corazón hay una verbena. De saberla feliz a mi ondina preciosa, con alborozo cumplo esta pena.》 

 

—¿y cuál es tu falta?; dijeron mis compañeros, yo repliqué; — Se me castiga, por mi felonía, (agregué) 

me dejé llevar por una fantasía, aunque confieso; que no actué con mi conciencia, ya que; fatuo me declaro, con vehemencia obré, bajo el hechizo de una belleza caí, pero con placer.  

Por eso, para mí, no habrá apología, pues según testigos; actué con alevosía.

《¡Pero qué tragedia, que fechoría!》, gritaron las damas, ante su señoría.

Orgulloso, de mi osadía, dije:

—No es gran cosa, pues por la misteriosa bohemia, doy mi vida, doy mi alma curiosa. Así que; por mí no pierdan la calma, ni la paz, que es tan valiosa.》 

 

Y así me desperté este día con esta alegoría, donde me veo envuelto en una juerga de emociones y pasiones. Fue un placer compartirla con ustedes, señoras y señores.