“Crímenes que se desatan . . .”
Más masacres nos atrapan
en San Andrés Totolapan
del Estado de Guerrero,
la cruel metralla de acero.
Dio veintitrés fallecidos
también algunos heridos,
entre víctimas un gringo,
como ven va suelto el pingo.
Allá en la tierra caliente
el delito es la vertiente
del país se ha apoderado
el crimen organizado.
Se les culpa, por arteros,
al grupo “Los Tequileros”
y también, por mala fama,
a la “Familia Michoacana”.
Sicarios, cuarenta armados
hasta los dientes forrados
de balas, de municiones,
efectuaron las acciones.
Entre verbales destellos
dijo López que: “fue entre ellos”,
así, con frase pausada
cual si no pasara nada.
Ha mentido en voces acres
diciendo: “ya no hay masacres”
el “mesías” populachero
dando atole con el dedo.
Si no es masacre ¿qué es?
se los diré de una vez:
masacre es la mortandad,
exterminar, inmolar.
El diccionario sí alcanza:
masacre es una matanza
como la de Totolapan,
las verdades no se escapan.
Durante el grave atentado
no se acercó ni un soldado
ni un miembro de la marina,
la impunidad es genuina.
Ya nos alcanzó el destino
por aquel mal desatino
de elegirlo “presidente”
su incompetencia se siente.
En cuatro años desaciertos,
ciento treinta mil sus muertos
y le quedan, pues, dos años
de más tragedias y engaños.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 06 de octubre del 2022
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