Perozo rivero Miguel Oswaldo

AL CRISTO DE ESOS OJOS

 

Me escoltan esas sombras preludios del ocaso,

penumbras quejumbrosas marchitas como un duelo,

herido de tristezas  huyendo hacia tus brazos,

maltrechas mis dos alas para el último vuelo…

 

 Antros tenebrosos de parias sin destino,

desde un lugar infame poblado de despojos,

 los niños de la calle perdidos del camino...

nos miran inocentes con el  Cristo en los ojos...

 

Y arrullando en tus brazos su pálida inocencia, 

 polvo del del abandono pasto de la indolencia,

 vas clamando a los cielos con ímpetu iracundo,

 

por los ñinos que viven de infamantes despojos,

y miran inocentes con un Cristo en los ojos,

que increpa enardecido el corazón del mundo...