Sea pues, conocerte,
el viaje de tu vida. Y no le pongas
etiquetas malsanas a tu proceder
antiguo. Muchos partieron sin siquiera
saber sus nombres, mutilados por
la ignorancia. Tampoco ahorres
en calificativos, si de amor se trata.
No intervengas en conflictos; la masa,
que asista impertérrita a tu aislamiento.
Y si, de algo te acusaran, que fuera precisamente
de ese, tu silencio: ensimismamiento puro,
dureza cruel, que tanto añoraste desde niño.
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