Sierdi

DIFICIL ELECCIÓN

 

Dos damas, me invitaron a una exquisita cena.

Flamas avivaron, en aquella cita, fue la escena.

Con un derroche de miradas y emociones puras,

Ambas, florecían, hermosura y plena dulzura.

 

Era temprano, según la exactitud de mi reloj. 

Dos mil, trecientos segundos, para enamorar.

Diez y siete segundos, para un apasionado beso.

Y a la más improbable, y difícil dura negativa;

 

La noche prometía, elegir a la mujer para toda mi vida.

Ese día comprometía toda mi existencia, hasta la muerte.

 

¿Cómo comparar, dos creaciones perfectas de esplendor?

Una chica era muy callada, vestía una seriedad abrumadora.

Taciturna y muda, sin palabras, al final… mi corazón la adora.

Su sensatez, me confundía, causando, asombro y escozor.

 

Sin mencionarlo. Su plática emanaba puramente decoro.

Su íntegra educación, era causa de su inocencia y candor

 

La otra dama, sus magnos ojos, un hechizo de amor vertían

El caudal de su cabello germinaba como el oro más fino.

Platicamos sobre el ímpetu del amor. Y a lo que yo atino.

Tan agradable y risueña, Sus frescas historias, me divertían.

 

 

Ambas eran fantásticas, la risueña me gustó mucho.

Y la callada, su pureza, mi corazón locamente cautivó.

 

Llevarse, por emocionantes paisajes, lo hace cualquiera.

Dos mujeres, besaron con suaves murmullos mi camino.

Tal vez la chica alegre, me ame. Y después, olvide su cariño.

¿Y cuando se descomponga su risa, y muera de tristeza?

 

Al final… le prometí amor eterno, a la más seria que calló.