Y mientras la tierra gira,
yo dibujo letras que expresan mi alma.
Y mientras ésta respira, y yo escribo,
el tiempo se va, como la luna desaparece en la mañana.
Yo no decidí bailar junto a la poesía
en el baile de la vida.
Simplemente ella decidió ser yo su compañía,
Siempre y cuando su alma nunca fuese herida.
Yo no elegí dibujar el paisaje que habita en mi alma
A través de la escritura.
Tan solo ella se plasma
En mí ser para aliviar mi fe
Y derrotar a si, su fiel amargura.
Mi salvación.
¡Yo qué clamo contra la esclavitud de la existencia!
Pues bien, mi fiel seguidor,
No soy más que un esclavo de la incoherencia.
Sueño con observar la estrella más lejana a todas horas,
Desde mi adorada y ansiada libertad.
Pero una vez más, mi fiel seguidora,
Rujo de lamento en este tormento llamado REALIDAD,
Y la realidad no es otra, que la que mi alma siente…
Y la realidad no es otra, que la se muestra en el mar que habita en mis ojos.
Ese reflejo de un día, que como otro, está dispuesto a lucir este Mundo oscuro en el que habito.