Y entonces entre a esa habitación, toda olvidada, toda sola, en donde solamente hay luz en aquel aparador, dónde se exhiben como si fueran trofeos, todos aquellos corazones rotos, exhibidos junto con todos los tragos amargos, y solamente entre con un propósito, volver a dejar es trofeo mayor, mi corazón roto, dónde puse una nueva nota, con todo lo que sufrí dándote todo lo bueno de mi parte, y se quedó exhibido el trofeo mayor, mi triste corazón roto