MIGUEL CARLOS VILLAR

La Elegida. (… y no consentida)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vuelve a reverdecer la primavera

en

mi abandonado jardín.

 

*

 

Suspiros

de

felicidad se apoderan

de mí

al volver a encontrarte.

 

*

 

Velados dolores,

que

entristecen la posibilidad

de

una deseada cercanía,

desvanecen

en

madurados ensueños.

 

*

 

Dicha rescatada

en

un virtual cosmos

de

rotas esperanzas.

¡Vive en mí!