No me descubras
ni digas que me has vista
en esta tarde.
Quiero estar solo,
perdido en las tinieblas
que me rodean.
Quizás encuentre
la paz que necesito
y algo de luz.
Porque quisieran
mis ojos ver los tuyos
eternamente.
No me descubras
y mírame en silencio
sin decir nada.
Desde mis labios,
susurros y palabras
te haré llegar.
Pero no temas,
la luna, desde el cielo,
nos velará.
Y alguna nana,
perdida, en las estrellas,
nos cantará.
Sé que te quiero,
mi bella mariposa
y no sé amar.
Y es que el amor,
que siento, es tan profundo,
que me enloquece.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/22