OTOÑO EN VIDA (soneto con estrambote)
La pena me echa un pulso en esta orilla,
cuando el tiempo en la vida, lo confieso,
de los días, su azul tornó en espeso
al forjar mi silueta como arcilla.
Mis sueños quebrantó como una astilla
restringiendo a ilusión: mito ex profeso;
un reducto apartado y sin regreso,
una senda escabrosa en costanilla.
Debilita el otoño con rigor,
-bajo el gris mortecino de su manto-
esta vida con su halo resplandor
y aunque ahora aturdir pudiera el llanto,
me asiré con firmeza al gran amor
hasta agotar mi vida con su encanto.
Murió en otoño el canto;
se fue la juventud y la bonanza.
Sin ellos, nunca pierdas la esperanza.
Rafael Huertes Lacalle