Empezaré por decirte
que te echo mucho de menos,
que no tengo días buenos
¡para qué voy a mentirte!
Sólo bastará concluirte
mi tristeza,amor, mi apego
sin poder hallar sosiego
para el agobio de mi alma...
¡Ya ves,no vino la calma
y acá en tempestad navego!
Las olas han embestido
muy fuerte mi embarcación
y no hallando solución
el agua me ha sumergido.
¿Lo tendré yo merecido
por ser débil y sensible?
Puede que sea posible
mas es muy cierta mi pena
avivada en cuarentena
y hoy callarla es imposible.
Entre calles deambula
este canto moribundo,
es todo un hecho rotundo
su hambre que pasó a ser gula.
Por las noches se triangula
con mi dolor y mi queja,
no dejando moraleja
al vislumbrar la alborada
porque yace enamorada
la vil nostalgia pendeja.
He buscado en el budismo
algún alivio oportuno,
practicando rudo ayuno
hasta perderme en mí mismo.
sin embargo no hay mutismo
que enmudezca tu recuerdo;
gritas en mi lado izquierdo
cual sirena poseída
que escucho al zarpar a la huida
y en esa orilla me pierdo.
Sólo con barriga llena
no está el corazón contento,
preciso tu suave aliento
y sea mi gracia plena.
En mi vida llueve y truena
desde luego por tu ausencia
cual diluvio sin clemencia;
y sin arca armada amada
espero la campanada
de San Pedro con urgencia.
Dulce y pura alma querida
recibe este canto triste
que hoy a la mía contriste
abriendo más esta herida.
Será poco lo que pida
nada llenará el vacío....
Sólo quisiera ser crío
teniéndote aquí a mi lado
por tus brazos amparado
protegiéndome del frío.
W.M®