Tres grandes países te vieron triunfante
de un bravo almirante buscando el amor,
y vengaste al odio pasando Argentina,
con magia latina de un libertador.
También fuiste a Chile siendo un gran soldado
que paz has dejado con plena pasión,
y llegaste al Perú con mando de guerra,
librando esa tierra y la emancipación.
Luchaste bravío por la independencia
contra la violencia del diablo español;
monarcas que siempre fueron un verdugo
imponiendo el yugo bajo el rey Sol.
América aclama tu gesta y grandeza:
«¡Martín es la pieza, no mires atrás!»
Eres la consigna de pueblos muy bravos:
«¿seremos esclavos?, ¡eso nunca más!»
Samuel Dixon