Omar Flores

Cansado

Cansado de mirar al otro lado, donde no soy yo, hacía ese vacío que me deja tan desolado. Cansado de orillarme a hacer lo que no quiero hacer, cansado de buscar que alguien me encuentre, cansado de imaginar y no vivir, cansado de inhibir mis emociones, cansado de mí, cansado de mis gritos silenciosos, de lo que me rodea, cansado de esta vida indecorosa y ansiosa por acabar conmigo en cualquier momento extraño.

Cansado de la música irreal y cruel que ondea por todas partes, cansado de no hallarme entre una continua multitud, cansado de cansarme, de no extender mis ideas y mis sensaciones, de no saber comunicarme con el exterior, cansado de no ser lo que soy, de no vivir lo que vivo y de la felicidad escasa. Cansado de este cansancio al no tener lo que deseo, lo que busco, de mis insatisfacciones. Cansado del deseo tortuoso. Cansado del amor que no te tengo, que ya pasó, que ya se borró. Cansado del amor que no siento por nadie y que tampoco deseo sentir.

 

Entre todos mis cansancios, el único que no ha llegado es el  de escribir , esta liberación donde soy yo de una forma purificada, única, donde me voy articulando de maneras diferentes cada día; es como estar en trance, esta forma que vuelve el instante que me rodea al escribir, mío, una especie de nirvana sagrado mientras dura. No es el yo de las tres de la tarde en esa hora de cotidianidad siniestra, tampoco el yo que todos conocen, ni el yo que vaga entre la torpeza diaria, tampoco el que yo conozco. Aquí todo es lo que en mis realidades no es.

 

Arrojo el gran suspiro de purificación.