Y al pie de tu amenaza,
reencarnaré en cada una de mis 152 vidas
para hacerte la visita, o sea,
para visitar a tu esposa, a ti, solo para contemplar cuánto te ha florecido
la exuberante cornamenta.
Puedes apretar el gatillo cuando gustes
la muerte no existe. Existe VIDA en la tierra y VIDA
en el cielo.
La suerte está echada.
Nota: No quiere levantarse.