Willie Moreno

Vengo de tierras lejanas

 

Vengo de tierras lejanas
contra vientos y mareas,
para ponerme al servicio 
del Rabí de Galilea.
He oído de sus milagros
y de la honda Paz que entrega
a todos los que le siguen
por las calles y veredas,
de esta obscura Babilonia
con maldades por doquiera.

 


¿Es verdad que es carpintero?
Porque mi barca está rota
después de muchos naufragios
y el impactar de las olas.
Quisiera que la remiende
para partir a Verona,
donde espera una Julieta
por mi amor que se demora;
¿Y si pide que me quede
hasta restaurarla toda?
Le enviaré una extensa carta
para que no esté en zozobra.

 


Sin siquiera haber llegado
al monte de los Olivos
ya el Rabí por mí esperaba...
Su rostro era todo brillo
con un resplandor tan cálido
que no puedo describirlo.
Sus brazos de par en par...
¿Era humano?¿Era Divino?
Pero desde aquel encuentro
Él prometió estar conmigo.

 


Ahora vuelvo a Verona,
a sus palabras asido,
como quien nace de nuevo
y vislumbra un buen camino 
sin sed y sin el cansancio,
sin pesadumbre ni espinos,
con una fe viento en popa
por mares desconocidos,
para enseñar a mi amada
cuanto yo de Él he aprendido.

 

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