Todo empieza así de pronto,
con un impacto inesperado,
un chispazo improvisado,
un encuentro espontaneo…
emotivo y apurado.
Da comienzo sin pensarlo,
sin pedir consentimiento,
sin haberlo calculado.
No hace falta algún pretexto…
solo ocurre…
en un momento inadvertido,
en un instante inoportuno.
No se sabe cuándo y dónde.
Nunca llega por encargo,
solo viene y se presenta…
sin ningún antecedente…
con su traje de brillante,
con la magia del encanto,
con su luz resplandeciente,
con un aroma de delicias,
con voz dulce y cautivante…
y su sonrisa seductora.
Su mirada picarona…
que parece que no ve…y está embrujando.
Así entra…sin permiso,
con un manso coqueteo…de su lento caminar,
derrochando su donaire,
envolviendo de delirios,
y enredando al corazón.
Así comienza la aventura,
y suspiramos por soñarnos.
Y juramos que es real…
y no lo fue…y no lo es.
Un buen día despertamos…
a la cruda realidad.
Nos miramos al espejo…
y encontramos ahí de frente…
a nuestra inmóvil soledad.
Todo empieza así a veces…
con la fuerza del deseo,
con las ganas de encontrar a quien amar,
convencidos que es posible tropezar con ese amor.
Pero todo se derrumba así de pronto…
como el día en que empezó…
y es entonces cuando vuelve la ruleta de la vida…a girar.