Todo comenzó con el sabor de tu boca en mis labios.
Robaste palabras que no había dicho y dijiste todas las que había soñado.
De pronto tus ayeres formaron parte de mis veranos.
Ya no estás a mi lado y aunque te recuerdo, no te extraño; cómo podría extrañar lo que nunca fue mío.
Fuimos todo sin poder serlo, nos dimos lo que nos faltaba pero siendo sinceros no nos pertenecía nada; tu vida ya no era tuya y la mía se dejó impresionar por todo lo que representabas.
Te recuerdo, más ya no te amo...
Tengo deuda contigo por todo lo que aprendí estando a tu lado.
Hay despedidas que no dejan huecos,más bien dejan llena el alma.