Quisiera ser el viento que pronto va de prisa
buscando regocijo contento por los prados;
pero ¿qué más puedo hacer si pierdo la sonrisa
y cuando me lavanto me roen los pecados?
Ni siendo lo que quiero persigo lo que siento,
la misma circunstancia sugiere la batalla;
los miedos de la muerte corrompen mi argumento
y el viento sigiloso derrumba la muralla.
Quisiera ser el viento tan libre y soberano
para sorber al tiempo sin idas ni regreso;
si logro lo que pienso, venid, tomad mi mano
que yo tranquilamente contento daré un beso.
¡Oh, mujer! No te tardes, se acaba mi alegría
quedando solamente, tan solo como el viento
que sopla en pos de vida su propio sentimiento,
que mueve sin demora las noches y los días.
Dux Den