Y esta vez escribo, sin pensar en otro alguien,
Por cada vez que me olvidé, de que soy lo más importante.
Por cada vez que encerré a mis sentimientos con llave,
Creyendo que si les mostraba era acto de cobarde.
Por cada vez que le quité la importancia a lo importante,
Cuando siempre es importante si yo lo siento así,
Y aprovecho para recordarme “permítete sentir”.
Permítete saber, que no eres una máquina,
Y a tus emociones, no les restes importancia.
Que no haces nada bien por ocultar esas lágrimas,
Que no haces nada mal, más que confesarte humana.