Te amo y quiero
como el deseo de la tormenta
es irresistible
me levanto en esos nubarrones negros
que del poniente aparecen.
La cercanía, tus aromas
embriagan mis sentidos
y solo atino a mirarte
y dejar que seas la tierra
y yo los vientos liberados
que se desatan
en los más delicados besos
dejados latentes
en lo que está dejando de ser
tu cuerpo enamorado
para ser el todo
y yo la nada
para que la tormenta concluya
en imágenes iridiscentes
de nuestro encuentro.
Todo está
como entonces
antes de la primer mirada
del primer deseo.