Quizá con la muerte en los labios la noche se detenga solo talvez con mi cabello entre tus dedos se asome por la ventana las huellas del destino
Quien te ha robado el corazón
Y lo ha hecho un campo de cenizas, tus manos estan hechas de mi arcilla seca que se desintrega en mil pedazos
Hoy nos reconoce la lluvia
humedeciendo nuestros cabelllos, corriendo en goterones confundidos con lagrimas que dejan surcos salados
Se desintegran los cuerpos en rios aridos de soledad donde corren vientos secos de olvido.