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Perdón dulzura mía...

Te pido perdón dulzura mía,

perdón por la distancia que he causado,

por la desalmada soledad que he inventado, y en la que me he aislado,

y también, por esos silencios prolongados en donde me he refugiado.

 

Te pido perdón por el amargo dolor ocasionado,

por tus noches de insomnio…interminables…que tú desvelo ha atravesado,

y por los amaneceres helados sin mi tibia compañía,

y por las mañanas sin sol…y sin el beso de buenos días.

 

Te pido perdón por la despiadada tormenta…que en tus brillantes ojos he provocado,

por cada lágrima de desolación y nostalgia,

y por toda la aflicción que el turbión de tu llanto ha descargado.

 

Le pido perdón a la primavera por no llevarte rosas…y por no haberte buscado,

y al mar…por no haber tenido la valentía de cruzarlo…para llegar a ti,

y al viento también, por no aprender a volar…para acortar tu distancia.

 

Le pido perdón a la luna que siempre me acompañaba,

perdón por no pedirle que te dijera…cuanto te he extrañado,

por no suplicarle que te dijera…las veces que me he sentido morir…aquí, callado.

 

Te pido compasión…alguna forma de indulgencia para remediar tu ausencia,

quiero compensar de algún modo…tanta melancolía derramada,

quiero verte sonreír de nuevo…verte feliz…

como cuando te conocí…radiante y luminosa…estupenda y hermosa.

 

Te pido clemencia…

por todos los ratos amargos que fui incapaz de corregir,

por el abandono al que te he sometido,

por la tristeza que hay en ti, 

por lo cruel que pude ser, sin querer,

por todo lo que te he herido.

 

Te pido perdón cariño mío…

por todo el tiempo perdido,

por todos estos años de indiferencia,

por tus momentos de hastío…y toda mi injustificable cobardía.

 

Espero que me perdones algún día…

para poderte contar la inmensa falta que me has hecho,

lo mucho que yo te quería,

para poderte revelar que eres mi debilidad…

mi fuente de poder…

mi razón de seguir…

mis ganas de vivir…mi principio y mi final,

 

para poderte confesar cuanto te he amado…dulzura mía.