Pronto llegará el invierno
y estarás esperando mi abrigo, lo sé...
Yo estaré como siempre en mi eterno dilema
de ofrecerte el calor de mis besos
o alejarme a rumiar los recuerdos
y encerrarme en mi misma
como lo hacen los niños...
Porque somos criaturas
caprichosas y tercas,
orgullosas y necias,
que no quieren mostrar lo que sienten...
Tú te mueres por verme
y me sueñas envuelta en satenes,
más no quieres
dar el brazo a torcer...
y yo espero
que tú llames primero
y habilites el juego...
Y así estamos los dos
en este forcejeo
mientras el corazón
se va helando por dentro,
perdiéndonos momentos
mientras la vida pasa
y el partido ya llega
a su último tiempo...
Pronto llegará el invierno
y extrañarás el fuego
que los dos encendemos,
pero es más fuerte el miedo
a romper las cadenas
y que el mundo te vea
sensible y soñador,
capaz de patear el tablero
y salir a buscar el amor...
Y yo aquí como siempre
en mi eterno dilema
de ofrecerte mis besos
o alejarme a rumiar los recuerdos...
Dejaremos morir al amor
porque somos dos necios...