Pues, sí.
No hay que exagerar
de lo que logramos
hacer al final.
Son al fin y al cabo,
meras variaciones
de un mismo ritual,
que ya otros siguieron
en otro lugar,
otras circunstancias
y otro caminar…
Fuera vanidades,
egos y demás.
Fuera estupideces
sin saber estar.
Ya todo se iguala,
no hay que pelear.
Sé lo que ahora toca:
“Recapacitar”
Ofrecer tu brazo,
ayudar…
y amar.