Doy fe
Doy fe que la piel de este hombre es auténtica
el color le pertenece
la viene usando
desde el principio de los tiempos
Doy fe de su llanto y la sonrisa
de los fantasmas que le asaltan
viste de azul la vigilia
aun el oscuro habitante de la noche
Huésped del lugar donde la montaña crece
inquilino del instante que discurre eterno
ostenta la edad de los siglos
el corazón de fuego
el alma de piedra convertida en árbol
Capaz de sortear el abismo
de conjurar el vacío
oficia cada día los rigores del vértigo
Cazador de brumas
limpia en verano el gris del horizonte
Doy fe que la piel de este hombre es auténtica
Un río cruza su piel de orilla a orilla
una palabra cubierta de raíces
la voz de un verso como trueno o lluvia
y la aurora desnuda, abierta
Hay una herida de ausencia
en la piel de este hombre, dolor de lejanía
Pero el árbol de la casa cubre
con sus ramas vivas el adiós, el hasta luego
trasciende el desarraigo, cosecha la caricia
La aldea que ama
lo acoge en su seno, en su hechizo
Por calles largas como piernas del viento
ebrio de luz lleva los pasos
Los pasea por el sol de la hora
los pasea por la sombra del sol
y sonríe y saluda
abrazo elemental
firme la voz
limpia la mirada
Doy fe que la piel de este hombre es auténtica
Notario único del círculo del viento
sé que este hombre reside
en la copa del árbol más alto
Su familia el cielo
la distancia
HERNANDO GUERRA