Yo, que te quería con íntima ternura viva,
Y adornaba tu barbilla con mis besos. Y caricias,
Yo, que a las prisas dejé de andar, para amoldarme a tu pacífica manera de amar,
Yo, que aprendí a conformarme con tus desérticas demostraciones y a mendigar,
Me quedo atrás... Sí, cariño, me quedo atrás.
Porque el amor que fuera mío un día, ahora que se ha aburrido, camina vagando como si no tuviera alas,
Viste harapos como si no tuviera saco, y baila centellante como si nunca hubiese sentido, ni sufrido,
Un amor tan pobre y podrido.
Que ya estaba vencido el día en el que empacaste nuestro abrazo, Y decidiste irte sin mí.