Mirando la laguna del Olvido,
olvidé tu nombre, olvidé tu baile, olvidé tu canto
olvidé tu rostro, olvidé tu risa, olvidé tu llanto.
Hoy, el eco de una voz en el vacío deslizó bajo mi piel tu nombre,
la brisa de orígenes lejanos me trajo consigo tu aroma
y, los ecos de los grillos nocturnales me recordaron que te amo.
Hoy, las legiones de demonios
huyeron despavoridas hacia el fondo del abismo
porque repentinamente, al recordarte,
¡ una ráfaga de amor estremeció mi cuerpo!
Ayer te olvidé, hoy te recuerdo....
¿mañana?
Mañana la soledad es mi destino.
Mañana solo, abandonado y atado a un solo recuerdo:
El de tus labios besando los míos....
lentamente .... moriré
y, en mi último suspiro
tu nombre pronunciaré.