Guerrero y militar te anuncian la aurora;
la dueña y señora del fuerte ideal.
Luchaste y venciste con dote de acero,
audaz guerrillero contra la imperial...
Sembraste la vida revolucionaria,
digna y libertaria, muy plena de amor,
Cuba te venera por ser generoso;
Fidel victorioso, semblante de honor.
Supiste que el pobre buscaba la gloria
y fue tu memoria, consigna ideal:
ideas de cambio, también de progreso
dio a Cuba el acceso del hombre inmortal.
Tan noble y muy claro te aclama la gente:
«¡Fidel está al frente, la gloria buscó!»,
tu nombre se escribe con letras de acero:
«¡un hombre sincero que paz nos dejó!»
No pudo el imperio provocar tu muerte,
tampoco tenerte bajo su control,
despertó tu pueblo glorioso cubano,
libre y soberano, yendo frente al sol.
Samuel Dixon