Loa
En noches bellas llenas de luceros
admiré tus ojos negros y brillantes
eran como lobos fieros
y como lascivos diamantes.
Cuerpo esbelto y erótico
intelectual y cosmopolito
corazón lóbrego y caótico
alma sacra de sueño infinito.
Sonrisa blanca igual que copos de nieve
sensual y cabalística figura
cabello castaño de espesor leve
joven valiente de coraza dura.
Tu tez espléndida, tersa y suave
más divina que el terciopelo
hermosa y leve como un ave
más cautivadora que la estrella en el cielo.
Hermosos labios carmesí y corazón de fuego
ósculos osados, Apolo excitante
docto soberbio de gran ego
gachó ardiente, bravío amante.
Sensuales manos y mente prodigiosa
como león siempre andas en acecho.
Hombre de psique libidinosa
que me azuza a dormir en su lecho.
En las penumbras tenebrosas
nos entregamos a los deseos carnales
fueron las noches más preciosas
en las que se unieron nuestros cuerpos infernales.
Acariciamos nuestros cuerpos desnudos
como Apolo y la Satiresa.
El único testigo fue nuestro tálamo,
donde fuimos salvajes y rudos.
Hoy soy tu idílica Vampiresa
y tú el paje al que tanto amo.
Eres varón de conciencia sensitiva
domador del corcel de corazón indomable.
Ufano amor que me cautiva
con el deseo, pasión y querer inefable.