Sin decir adiós
Un cuento de Jordi Etresi
Aquel hombre se convirtió en otro faro apagado en el fin del mundo y sus sentimientos pasaron a ser esos barcos rotos golpeando los acantilados, aprendió que ya no podía beber lo que quedaba de un pozo vacío. Ella había desaparecido.
Todos los días salía en su barco para volver a verla, tampoco podía respirar bajo el mar, aunque sabía que allí bajo aquel agua cristalina vivía la mas bella sirena que jamás había visto, se enamoró y ya nunca pudo olvidarla.
En el reino las sirenas la ley impedía tener relación con los humanos y cuando el rey supo lo su hija la encerró para protegerla, pero el corazón de ella solo tenia ojos para el, así que finalmente escapó y fue a buscarle.
El hizo lo mismo, viajó por los 7 mares hasta la Atlántida buscando entre los corales la perla mas hermosa, la llamada perla mágica del amor para regalársela como si fuese su mas preciado anillo de compromiso.
Ni se dio cuenta lo lejos que estaba cuando ya no supo volver perdido en un océano sin fin. Ella también intentó adentrarse en tierra firme para encender el faro y traerlo de vuelta, pero fue imposible, no podía llegar a el.
La sirena muy triste volvió a la orilla, tal era su tristeza que se desvaneció y falleció, al poco la marea trajo a su amado también sin vida. Al día siguiente los encontraron abrazados en la bautizada playa de los amantes.
El océano quedaba huérfano sin ellos, las olas fueron testigos de que ese día hubo suficiente agua salada para llenar varias veces el mar con las lágrimas de sus perdidas.
Su amor fue demasiado grande para tan corto espacio de tiempo.
La sal seguía abriendo las heridas de aquella historia generación tras generación. Algunos dicen que fue un billete a ninguna parte, pero mientras duró su viaje fue inolvidable y eso ya nadie podía arrebatárselo.
La leyenda dice que mientras haya amor, los mas dichosos son aquellos que han amado.
-Jordi Etresi
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