Entre telas incendiadas,
y vestigios de olvido,
tu cuerpo fue cubierto
por hojas sepultadas.
Por hojas y malezas,
por nardos y narcisos,
tu cuerpo fue cubriéndose
con una corona de lirios.
De cristales y de llantos,
de matemáticas cruciales,
de sueños insensatos,
en las cúpulas de las ciudades;
tu cuerpo, fue olvidándose
de nostalgias y melancólicas
frases.
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