¡Oh mi amor!
mi delirio,
mi sol de la mañana,
tu ausencia sería
más que sepulcral
en el cementerio de las rosas,
sería la nada, la nada del vacío,
sería ver la vida en blanco y oscuridad
y existencia en negritud,
y condenado al valle de las lágrimas
donde los lagos serían salados
y las aves raptarían donde
los rocíos vivirían disecados.
¡Oh! Alma enviada de los cielos,
mi angelical figura viviente,
te busco y necesito,
cual viento a tus olas,
cual mar a tus ojos,
en este instante de la infinitud.
Y mi mente se vuelca ansiosa
de tu amoroso pensamiento,
y por todos los lados mi sentimiento
cuando tu no estas se desvanece.
Efluvio en mis locos amores,
el amor de vida profunda,
la inmortal compañera
que ha muchos años
juntos caminamos juntos,
entre las negras tormentas
y los cantos de los divinos serafines.
¡Oh! mi gran ilusión,
la vida sin ti sería de sombras
y ni la muerte me calentaría,
ni aspiraría a que los desiertos
me ofrecieran de beber,
y ni los fuegos más ardientes
me darían con pasión
el calor que tu me has brindado.
¡Oh! Amor de los amores
de ayer y hoy, bendigo
los días mientras te tengo,
y así, las rosas siguen
tan rojas como siempre
y los pétalos despliegan
sus perfumes de fragancia
en toda una eternidad.