Tras las sombras se ocultaba
aquel cuervo desdichado
y mostrándose enfadado
con locura aleteaba.
Y aquel cuervo no paraba
por su instinto de malvado.
¿Cuántos más lo han constatado?
Allan Poe, lo signaba.
Negra pluma lo cobija
como negra lleva el alma
y es como la sabandija
que se arrastra muy en calma
y escondiéndose en la palma
dudo que su actuar… ¡corrija!