En los niños la magia brota en forma vivaz,
cada instante presagia, un momento sagaz.
Llenan al corazón con su limpia ternura
con ella, la razón olvida su mesura.
Dan vida, diversión, fantasía, locura,
no tienen parangón, por su ingenuidad pura.
Son dulces pequeñuelos, brindan felicidad,
de amor son los modelos hasta la saciedad.
Su gozo se contagia de manera feraz,
causando seducción con cualquier travesura,
sus cándidos abuelos, los aman de verdad.
Son seres de bondad,
iluminan la vida con su sana alegría
que siempre es bienvenida como fulgor del día.