EHUR OHR

Así se ve la lluvia en octubre...

Ahora llueve…con decidido apuro…

se escucha el torrencial canto de la tempestad…

bailando al ritmo de esta inclemencia inquieta.

 

A pesar del abrumante rugido del viento …

y el escándalo estridente del trueno…

se respira una falsa serenidad que adormece.

 

El ambiente grisáceo nublado…

dilatado…

combinado con horizontes de lívido púrpura…

nos empuja al límite del sueño.

Dan ganas de pernoctar indefinidamente…

desmayado en el cobertizo de la calma,

delirando con momentos de una paz cotidiana…

que nutra mi pálida alma.

 

Llueve este sábado de octubre…desde la madrugada.

 

Amanecieron temblando los arbustos…y empapados los tejados,

se ve por todas partes, anegados los huertos…

y el verde multicolor de la campiña parece que se entretiene.

 

Las hojas tintinean con el goteo de la borrasca.

 

Los charcos propagan orbitas y magnetizan el entorno.

 

El paisaje va cogiendo un gustillo mágico que alucina…

a pesar de la tristeza que embarga.

 

La lluvia tiene ese poder…

de hacer de la añoranza un remanso de quietud y pausa,

un lecho de tranquilidad que abraza…

y nos hace disfrutar de su sosiego…embrujante y adictivo.

 

Por eso debe ser que cuando llueve se estimula mi inspiración ingénita…

se desbordan los versos como aguacero…

y recorre vertiginosa y libre…

la pasión incontenible de mis improvisadas metáforas.

 

Lluvia prodigiosa...

me rindo al poder de seducción de tu voz…

a ese sonido somnífero que me seduce…

a tu aspecto febril que me cautiva…

y me impulsa a esbozar poesía ...

sobre las constelaciones de la nostalgia.

 

Así se ve la lluvia…desde los versos de octubre.