En aquellos años 60-70 de la época estudiantil, en el Liceo Félix Román Duque, el profesor Francisco Manuel Iriarte, despertador de nuestro instinto literario, nos deleitaba en sus clases literarias, y nos dejó el inolvidable remanso poético, de López Velarde (1921)
Por Marina Ceballos
[Las hormiguitas suben y bajan
que maravilla como trabajan,
todas en fila muy ordenadas
con su alimento vienen cargadas,
si unas no pueden con tanto peso
otras comparten el cargamento
trabajadoras buenas amigas
sigue el ejemplo de las hormigas]
Dijo José A Marina, nací en Toledo 1939.
-Los hormigueros son sociedades perfectas
cada miembro se sacrifica por la perpetuación del bien común.
Un día las hormigas se volvieron inteligentes y libres,
esto desbarató su convivencia.
[Repetimos alegremente? dice el autor,
nuestra identidad depende de nuestra pertenencia a un pueblo,
religión, cultura. Qué ocurre si se encanalla? Qué sucede si esa sociedad se vuelve estúpida?
La cultura resuelve los problemas básicos de la convivencia,
uno de los cuales es la relación del individua con la colectividad.
Se han dado múltiples soluciones, van desde pasar al individuo por la trituradora ideológica y
convertirlos en masa hasta inocularle el virus tribal o la hiper individualización narcisista.
Cómo liberarse de la presión social sin caer en el autismo ético?
Debemos evaluar las culturas, someter las sociedades a un test de inteligencia?
La capacidad creadora de nuestra inteligencia nos mantiene en permanente riesgo,
y sólo una poderosa creatividad compartida puede ponernos a salvo].
FUENTE: José Antonio Marina (1939 Filósofo, ensayista pedagogo)
Las culturas fracasadas.
El talento y la estupidez
de las sociedades
(Tovar-Mérida-Venezuela)
19/10/2022