Ángel Alberto Cuesta Martín

CON INQUIETUD DE AGUACERO

CON INQUIETUD DE AGUACERO

 

Con inquietud de aguacero empezó a moverse el cielo.

Cenicientas nubes se congregan entre rumores,

preludio sinfónico, en blanco y gris, en gris y negro,

y una elegía de esencia nostálgica me absorbe.

 

Todo se aquieta en la soledad augusta del campo.

Briznas humedecidas traen aromas a miel.

El aire ardiente se esfuerza por permanecer calmo,

bajan corderos de nubes que pacen en mi piel.

 

Los girasoles dorados meditan cabizbajos,

mirando al suelo rezan su rezo en silente voz.

Se oye la armonía libar la tierra en cada gajo,

aguacero y campo, notas de una misma canción.

 

Con grave acento de truenos resbala la tormenta.

El agua undula el paisaje. Cual junta de corceles,

corre lamiendo los sueños con sus pausas secretas,

y el efundido campo del alma se hace más verde.

 

Tras las ufanas cumbres de los pinos elevados

fue ocultando su faz de terciopelo el temporal,

y en el sosiego del aura que nos queda prendado,

el alma copia al campo su anhelo de eternidad.

 

Ángel Alberto Cuesta Martín.