No voy a sonreír otro día
pensando en tus caricias imposibles,
como una caricatura de mí mismo
todo en torno el limbo
en medio de un desliz
que ha suprimir mi vida
por designio de aquellos en su altura.
Finalmente,
el temporal vence a mi cordura,
y es un sueño
que de mí todo se apodera.
Lo estoy sintiendo
circular por mis venas
aún bien ebrio:
¿qué es lo que sucede?
Te di mi corazón,
y ahora muero
bajo el agua de tu ausencia.
¿Muero?
Oh, sí, morir muy bien quisiera.
Aquí tan solo me encuentro
a mí en mi reflejo.
Oh, prisión permanente
dentro de un cuerpo
a imagen de este caos.