Le escribí al amor... y a la vida
al dolor... y a la partida
a la esperanza... al silencio
y a la sonrisa cautiva.
Dibujé cual esmeralda
un despertar... y un ocaso,
borré con ojos cansados
los recuerdos... a mi paso.
Vertí en copas transparentes
tintas de amargos sabores,
pinté en la tela del alma
trama... de eternos colores.
Y ahora... te dejo a ti
los versos de mi ilusión,
quizás un dia cualquiera...
¡TE LLEGUEN... AL CORAZÓN!.
María Inés Pascuccio.