Polvos de Tiempos dulces
y Vapores de Incógnitos Colores,
sean la Cálida brisa
que enmaraña y Desenreda
los Recuerdos ya algo esquivos...
Pesados Telones se cierran
en mis párpados sin sueño...
Siento aún en mis labios
aquel tu primer beso...
Y aquella danza furiosa
de nuestros cuerpos entrelazados
que se volvían una y otra vez
místicamente Uno...
Las pieles erizadas
y ardientes los sudores...
que se abrían, sin pensarlo
a las Puertas de lo Prohibido...
Antes de la primera Sal de un Lágrima...
Antes de la Primera Molécula
que prometió el Espacio...
En el besar Húmedo
de la primer Alba del Tiempo...
Estará vos, por siempre, amor mío...
En un Otoño te amé...
En un Otoño Fugitivo...
Sos el Eco Intocable
en mi añeja Nostalgia Otoñal
que se unge adormecida
en dulces savias y trigos ya maduros...
En la Eternidad Ciega,
de un amor que nunca muere...
En la Eternidad Muda y Dispersa...
En la Finitud sellada de radiantes Astros...
Y en cada titilar expectante de las dramáticas estrellas...
(Vivirás por siempre, amor mío,
en mi mismísimo Horizonte
y en mi propio Infinito)...
(Patricia)