CAPITULO 4.4
VIVI ANA
Viví Ana,
llevas la intimidad
a otra dimensión;
con perversidad
de sensualidad.
No levanta
ni la más mínima sospecha,
por tu fascinación
de las fantasías en el sexo
que en la cama se le ocurren.
Viví Ana,
exige que le hagan
temblar,
llorar y gritar
en orgasmos de altura.
Viví Ana, está viva.
Tienes un cuerpo diseñado
para el placer
al hacer el amor,
su boca hace maravillas…
con su lengua
estremece hasta
la última fibra.
Que la tomen del cabello
sobre el suelo en cuclillas,
mientras disfruta su hombría
hasta la garganta,
lo cual le fascina,
con semejante maestría.
Viví Ana es humana.
Te vuelve un adicto
y te quemas en su piel;
te lleva al cielo
cuando te besa
de la cabeza a los pies.
Su par de pechos
sus sensibles pezones
que se ponen derechos
por lenguas razones.
Viví Ana
provocando calenturas,
con sus nalgas redondas…
tomarle con preámbulos.
irla degustando lento,
Viví Ana en el sexo
cómo te gusta:
contra la pared,
así sintiendo penetración,
sin límites y a flote
contra un rincón.
Viví Ana disfrutando de la vida,
montando encima
ante un pene bien erecto.
Dejándote caer hasta explotar
en incontables orgasmos,
morirás y regresaras a la vida
entre enjambres de espasmos.
Cuando estoy listo,
disparo sin piedad
hasta la última gota
en tu interior,
te la doy a beber en tu boca,
embarro tu rostro,
aquello que te hace sentir plena.
Viví Ana
como toda una dama
dulce ante todos
y en la cama
planeas con antelación
en su mente inquieta
al deseo de ser amada,
acariciada y penetrada
sin compasión.
Por
Millón Durango